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ALDEA UNIVERSITARIA E.B. DELTA AMACURO - PUNTO FIJO, FALCÓN, VENEZUELA

EL DOCENTE NECESARIO PARA LA REVOLUCION

EL DOCENTE NECESARIO PARA LA REVOLUCION

EL DOCENTE PARA EL PROCESO REVOLUCIONARIO:

LA REFLEXIÓN NECESARIA

Lcda. Dílida A. Luengo M.

Universidad Bolivariana de Venezuela, Sede-Zulia

danayral@yahoo.es

Para consolidar la refundación de la República Bolivariana de Venezuela se debe iniciar un proyecto educativo enmarcado en los derechos humanos y en el deber social, sin discriminación alguna, gratuito y con carácter obligatorio. El docente junto al estudiante son los actores fundamentales para que se pueda construir éste proyecto educativo.

En correspondencia a estos derechos consagrados en la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, proponemos la tarea de formar a nuestro Docentes del Programa de Formación de Educadores(PNFE) de la Universidad Bolivariana de Venezuela, según los ideales, políticas y filosofía del nuevo educador bolivariano; un educador solidario, laborioso, honesto, justo, latinoamericanista, consciente de su papel trasformador, y que aplique en su labor profesional métodos científicos que le permitan interactuar con los educandos, la familia y la comunidad en general, atendiendo a la diversidad del ser humano y contextualizando el proceso formativo para lograr el nuevo republicano, y trascender del modelo actual de educación excluyente hacia la inclusión de la población en el sistema educativo nacional, y en especial en la educación superior.

En este contexto, es válido entonces hacerse las siguientes preguntas, ¿porque es menester formar al nuevo educador? ¿Para que formar el docente? ¿Cómo formar a este docente y qué se espera de él? Las respuestas a estas preguntas no son fáciles dentro de la realidad histórica que estamos viviendo en el país, en un proceso de cambios políticos, sociales y económicos inéditos a nivel mundial. Justamente en Venezuela se esta construyendo un modelo de educación superior que no sería posible, sin contar con un personal docente capacitado y formado para el gran compromiso que se tiene con los estudiantes, con la comunidad y con el país. Así como podríamos hablar de la universidad necesaria, también debemos hablar del docente necesario.

¿Por qué es menester formar al Docente?

Los educadores enseñamos esencialmente lo que somos, es decir, nuestro modo de actuar, nuestra manera de percibir el mundo, las maneras de relacionarnos con los semejantes, con el entorno, nuestros valores y actitudes. Todos estos aspectos se introducen en la acción educativa diaria, se pone de manifiesto en el estilo de relación que establecemos en los distintos espacios educativos, con todos los sujetos que conviven en esos espacios. En este estilo de relación, transmitimos mensajes que repercuten indiscutiblemente en el aprendizaje. Educamos no solo con nuestro cerebro, sino también con el corazón, con las manos, la mirada, las acciones.

Por ello, cuando se habla de la necesidad de formación del educador para mejorar las practicas educativas; se asume, que esta formación implica la construcción de su persona, la reflexión, revisión y comprensión de su ser, afectividad, valores y actitudes y especialmente su percepción personal del momento histórico que vive el país. Es evidente que un educador desconectado de la realidad que vivimos en nuestra cotidianidad, poco puede aportar al proyecto de la nueva educación superior necesaria para la capacitación de la población en función de una transformación social, política y económica del país.

La Declaración Mundial sobre Educación Superior en el siglo XXI resalta la necesidad de la formación del nuevo docente, o el docente necesario, cuando expresa: “En todo momento se resaltó el papel que tiene que jugar la Educación Superior en la formación del ciudadano que necesita la sociedad, pero también puntualizó su responsabilidad con el sistema educativo y en particular con la formación del personal docente, la elaboración de los planes de estudio y lainvestigación sobre la educación”.

Como se evidencia en esta declaración, cuando se apunta a la formación del nuevo ciudadano, se hace un llamado a la Educación Superior para que rompa su aislamiento y se inserte con fuerza en la dinámica de la sociedad del siglo XXI con el firme propósito de crear una nueva sociedad no violenta y de la cual se excluya la explotación, sociedad formada por personas cultas, motivadas e integradas, movidas por el amor hacia la humanidad y guiadas por la sabiduría del educador transformador.

Igualmente en nuestra Carta Magna, en los artículos 3, 102, 103, 104 y 107, se puntualiza sobre los derechos y deberes educativos y muy específicamente en la obligación que tiene el estado de estimular la actualización permanente del docente acorde con su elevada misión. El Plan Nacional de Desarrollo Económico y Social, dentro del objetivo (1) menciona:

“Mejorar la formación y aumentar los niveles educativos partiendo de políticas de igualdad y calida en el sistema educativo, además del fortalecimiento y consolidación de las misiones sociales” (2). Este es el caso de la Misión Sucre, como plataforma de esa política de estado hacia la educación superior.

Se considera entonces, que la formación del educador en el Programa Nacional de Formación de Educadores (PNFE), es un continuo reto y lleva consigo un reiterado esfuerzo además del compromiso adquirido con la patria y con los futuros educadores y ciudadanos de esta república para garantizar el país que soñó Bolívar.

¿Para que formar el docente?

Citando al maestro de nuestro Libertador, Simón Rodríguez: “Unos, que se proponen ostentar sabiduría… no enseñar, otros, que quieren enseñar tanto!... que confunden al discípulo, y otros, que se ponen al alcance de todos, consultando las capacidades. Estos últimos son los que consiguen el fin de la enseñanza, y los que perpetúan sus nombres, en las escuelas.”(3).

Dicho señalamiento es muy claro, cualquiera puede tener el título de educador, mas todos no cumplen con los fines, entre ellos dirigir el proceso de aprendizaje, orientar ideológicamente a los estudiantes, lograr motivaciones positivas en las conductas de los estudiante y uno de los aspectos mas relevantes lograr su participación en el proceso pedagógico y en el proceso social, para generar una actitud transformadora y consolidar el nuevo republicano. El pilar fundamental alrededor del cual se consiguen estos fines es el educador, y es a él a quien debemos fortalecer política, filosófica e ideológicamente para que internalice el proceso de construcción en el que estamos inmersos todos los educadores venezolanos, responsables y conscientes de los cambios requeridos por la nación y por Latinoamérica. En otras palabras cualquier propuesta para la transformación de la educación superior venezolana tiene que pasar obligatoriamente por la generación de un nuevo docente que asuma plenamente el compromiso histórico de los cambios necesarios, partiendo de su percepción individual y proyectándola hacia el colectivo estudiantil.

¿Cómo formar a este docente y que se espera de él?

La labor de formar al docente del PNFE, no es fácil, porque implica desacostumbrarnos al modo de cómo hemos venido aprendiendo; implica disposición para ser tocado(a) en nuestra vida personal y voluntad para entrar en una dinámica de cuestionamiento de verdades y seguridades adquiridas en la propia historia personal de cada uno. De esto justamente se trata, en lo personal de cuestionar, descubrir, analizar, internalizar, socializar, nuestros valores y actitudes; en lo colectivo de replantearnos una nueva sociedad con un nuevo ciudadano. Más aún, la reflexión nos conduce a una pregunta inquietante ¿Con cuales docentes dentro del Programa Nacional de Formación de Educadores (PNFE), vamos a formar al nuevo docente que requiere el país en estos momentos coyunturales de cambio? Esta es una pregunta abierta, que espera su respuesta.

Vivimos en un mundo que exalta la competencia y el individualismo, donde el otro se pierde de vista o lo vemos como un enemigo. Un mundo que promueve el desencuentro, la infelicidad y la depredación. Ninguno de nosotros escapa a la avalancha de este estilo de vida incluido en la cotidianidad por diversos medios; por ello es necesario revisar y reorientar nuestros valores, identidad, filosofía e ideología en este momento coyuntural. El medio para lograr nuestro propósito es a través de la educación liberadora que proporcionará herramientas pertinentes al educador por medio del trabajo dignificante, y la participación activa en los procesos de transformación educativa. Si esto se logra, la actividad del educador cumplirá unos de sus tantos roles; el social, pues la comprensión científica de este proceso como afirman los expertos, subrayan la naturaleza social de todos los valores que se incorporan al mismo en la medida en que existe relación con la actividad práctica de los hombres.

El PNFE y la municipalización de la educación superior

La municipalización es la directriz fundamental de la Misión Sucre para la transformación de la educación superior. Los nuevos docentes deben estar ganados para la nueva educación superior, que entiendan e internalicen el concepto de municipalización, lo cual supone orientar al educador, los estudiantes y a la comunidad hacia lo regional, hacia lo local, tomando como punto de referencia la cultura específica de las poblaciones con sus necesidades, problemáticas, acervos, exigencias y potencialidades. El objetivo general de la municipalización es generar estudios superiores con pertinencia social, con sentido de arraigo y propósito inmersos en geografías concretas pero con visión global, comprometidos con el impulso y la promoción del desarrollo endógeno y sustentable de cada una de la regiones, de manera que los espacios educativos se expandan a todos los ámbitos de la vida social y no se restrinjan a las aulas.

Lo que se debe, es modificar esa vieja forma de actuar y así logra la mejor idea del educador que se quiere en estos momentos de transformación, un educador que transforme el aula en algo activo, alegre, creativo; a partir de allí se puede apuntar hacia algunos elementos de ese nuevo educador (concepto nada nuevo, solo con algunas aplicaciones no siempre acertadas). El docente de la universidad municipalizada, debe sentirse en la obligación moral y profesional de actualizar sus conocimientos, diseñar métodos que le permitan agilizar y hacerlas mas atractivas para los estudiantes.

Obviamente, este proceso no se genera de la noche a la mañana y se requieren acciones estratégicas para contribuir a la formación académica de nuestros docentes. En primer lugar incorporando herramientas metodológicas de acuerdo el enfoque dialéctico que maneja el programa, en especial para la zonas rurales material bibliográfico de carácter universitario ya sea digital ó en físico para que fortalezcan sus debilidades e impartan conocimientos críticos, pertinentes y actualizados, lo cual es una de las limitantes para el proceso de municipalización.

Lo contrario a esto es el recurso de la Internet, la cual es una alternativa pero posee sus debilidades por el aplastante volumen de documentos y publicación que se publican sin ningún criterio de selección, aparte de aquellos que se encuentran descontextualizados del proceso que los venezolanos vivimos hoy en día. En tal sentido no se puede construir un hombre crítico con solo una parte de la información, especialmente si ésta información está sesgada por la ideología de las potencias dominantes del mundo.

El Programa Nacional de Formación de Educadores, se plantea la organización del trabajo del educador ofreciéndole herramientas y elaborando planes de trabajo estructurados de la siguiente forma:

- Actividades de capacitación y formación.

- Actividades de planificación.

- Estrategias metodológicas para el educador y para el estudiante.

- Orientaciones, políticas, filosóficas e ideológicas a los docentes.

- Generar actitudes transformadoras y positivas en el proceso de formación de los

educadores, y por último;

- Promover la actividad de investigación en los docentes.

En este orden de ideas, el educador por esencia debe ser un creador, es decir, cada clase debe ser un acto creativo, nuevo, porque depende de las características del momento, de los estudiantes, que dictan pautas para que puedan aprender y formar sus convicciones en cada momento, en dependencia de la realidad.

Otras de las cualidades que deben tener el educador, es su carácter humanista, pues la base de su labor es el amor por el proceso de aprendizaje del estudiante, saber conciliar la comprensión y la exigencia siendo a la vez justo y objetivo con un estilo democrático. A ello colabora la comunicación interpersonal, la posibilidad de penetrar en el mundo interior del estudiante, siempre teniendo con fundamento el respeto a la dignidad del hombre.

El nuevo educador debe fortalecer los valores del patriotismo, de la cultura y tradiciones nacionales y locales adema de los mas puros sentimientos ciudadanos con el fin de ser los innovadores y constructores del nuevo republicano, contemplado en la constitución y formado en las aulas de la nueva universidad, con un educador de avanzada que responde a las necesidades de la nación, del estado, de la ciudad y mas aún de su localidad.

¿Qué habilidades debe manejar nuestro educador?

En primer lugar un dominio profundo del contenido de la enseñanza, de la ciencia que explica y la aplicación de una metodología que le permita elevarse a partir de ese propio conocimiento científico a un nivel conceptual del mundo, que le permitan poseer argumentos y explicaciones suficientes para demostrar al estudiante las verdades actuales.

Por otro lado, la formación de valores, como parte de ese contenido, dada la naturaleza reflexiva del valor, es necesaria la interrelación de sensaciones, percepciones, representaciones, vivencias, estados de ánimo, sentimientos, con formas propiamente intelectuales como conceptos, juicios y otras.

En tal sentido, es menester orientar y liberarnos de una serie de antivalores que tanto la escuela, la universidad, la sociedad y otros, han impuesto en la personalidad de los educadores y de los estudiantes.

Para lograr resultados óptimos y tener el punto de apoyo necesario para ejecutar la misión de formar a nuestros futuros docentes a través del ejemplo de un maestro integral, con una moral intachable, con ideales originales y que responda a nuestras necesidades, es importante que posea una filosofía clara en función de proteger lo establecido en la Carta Magna, que además con su ejemplo demuestre que existe una coherencia entre lo que dice y se hace, sino que también posea el dominio de la asignatura que dicta y de otras áreas en general.

Para finalizar, se sabe que esta es una mera propuesta que quiere corregir un proceso con más de 40 años de vicio, pero la invitación es a que se comience a dar respuestas y soluciones a una serie de problemas que afectan a nuestras naciones. Es el momento de ejecutar acciones en correspondencia con la realidad venezolana, retornar a nuestros ideólogos, filósofos y maestros para consolidar la visión que tenían de una sociedad donde el educador jugaba un papel trascendental y era el promotor de los grandes cambios que la misma sociedad exige.

Además, se debe creer en los hombres y mujeres de la República Bolivariana de Venezuela, debemos darnos un voto de confianza para que al final se pueda concretar el nuevo ciudadano y republicano que reclama nuestro tiempo.

1 comentario

alexandro maiorino usai -

como puedo hacer para unirme a la enseñanza integral de la arquitectura si no hay una direcciòn o un canal que seguir? Como puedo solicitar una prueba para ingresar a enseñar en una escuela de arquitectura bolivariana?
Agradezco vuestra respuesta.